Hace un par de noches asistí a la inauguración de la nueva temporada de Montaña Sagrada con un menú mucho más apto para mi gusto que el de la última vez que tuve la desgracia de asistir al evento; en aquella ocasión consistió en una sesión de "poesía" en la que se apreciaba lo degradado que está el género y donde sólo se salvaba del paredón uno de los oradores y sus greguerías.
Esta vez la estrella era mi nuevo mesías transistorizado, el Frankenstein silicoide, el milagro positrónico, el jockey paleomático, ese titán bicéfalo y cibernético de los 128K formado por Felón y su Mierdofón.
Después fue el turno de una sesión a cargo de Rebolledo. Una lástima porque lo que todos queríamos ver es su actuación en directo, especialmente esa perla idiócica que es "Guerrero"...
Rebolledo - Guerrero
Por suerte una de las virtudes de la música verdaderamente anormal es que requiere de poco o nulo equipamiento y aun menos preparación, por lo que pudimos disfrutar del himno cantado desde la misma cabina del pincha.
Aparte de la experiencia idiosónica, el ver semejante reunión de titanes de la electrónica anormal llevó al aun gestante colectivo Metralleta a concertar una cita para empezar a desarrollar nuestro sonido. Manténganse a la escucha para un monográfico sobre el circuit bending, no les defraudará.
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