miércoles, 14 de noviembre de 2007

Hermano, una hora menos

Gigafantasma recomienda seguir los siguientes pasos a la hora de asistir a un concierto:

1-Informarse acerca de la fecha.
2-Adquirir las entradas.
3-Comprobar la hora.
4-Ir al concierto.

Estos cuatro pasos deben seguirse en el orden indicado para obtener los mejores resultados y ¡muy importante! no debemos saltarnos niguno o acabaremos, en el mejor de los casos, llegando tarde a dicho evento.

Esto es lo que nos ocurrió a Marciano#1 (si, existe) y a mi con el reciente concierto de Hermano.



Sin duda aturdidos por el posible erótico resultado del concierto llegamos casi una hora tarde a la sala, perdiéndonos probablemente la mayoría de las canciones del último disco. Por suerte conseguimos un sitio de auténtico lujazo a la izquierda del escenario prácticamente a la misma altura que los músicos, aunque dudo que el encontrar sitio hubiese sido un problema dado lo escaso del público.

Y es que el caso de la Sala Heineken es un poco extraño, la parte del escenario está perfectamente dispuesta, con un foso situado entre la barra y el escenario y los ya mencionados lugares elevados a ambos lados del mismo; lo que me extraña es la cantidad exagerada de espacio entre la barra y la entrada que nunca podría ser aprovechado para conciertos a menos que se desee la celebración de un alegre motín por no poder ver a los músicos.

Volviendo al tema, el concierto: poco que decir, buen sonido, canciones que suenan como en el disco, un público muy pasivo, litros de cerveza a diez Euros y mucho cachondeo entre John García (que, por cierto, se mueve como si bailase la infame canción de la mayonesa) y el guitarrista solista (¿David Angstrom? no estoy muy seguro).

Me gustaría hacer una reflexión antes de despedirme, y es que nunca entenderé por qué en todos los conciertos tiene que saltar uno, dos o mas anormales que ladran la primera chorrada que se les ocurre seguida de un sonoro "motherfucker".
Vale, yo soy famoso e infame por soltarle el "hijodeputa" a la primera persona que me toca un poco las narices, incluso lo utilizo en ocasiones de forma cariñosa (¿?), pero no me haría ni puta gracia estar tocando y que un analfaburro del público me llamase hijo de puta sólo para parecer mas duro, mas cool o más rockero del infierno. Un poco de respeto, que a fin de cuentas lleva una guitarra y te la podría estrellar en el cráneo.

Pues eso es todo, permanezcan atentos al inminente comentario del concierto de Electric Six, es aun más viejo que éste, pero el blog es mío y me lo follo cuando Machiaveli no le está petando el cacas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja, pero que pardillo llega a ser usted con eso de las horas!! No voy a entrar en detalles, pero tiene aventuras con autobuses de por medio que son el descojone.

Y no, yo tampoco entenderé porq hay gente que paga una entrada (q por lo general suelen estar carillas, yo ya no me acuerdo del ultimo concierto al que fui en el que no tubiera que endeudarme) solo para insultar a los musicos o bombardearlos con botellas, com si estubieramos en un honkitonk bar.