Se veía venir. Las muy probablemente farisaicas reacciones que la gente despliega en las redes sociales cada vez que una celebridad estira la pata, más propias de una plañidera que de otra cosa, han acabado resultando en que el lamento por la pérdida de Robin Williams casi acaba en ensalada de hostias.
Desde aquí hago un llamamiento a dejar de un lado tanto el esnobismo como la carrera por ser el que más lamenta la muerte del momento y disfrutar el recuerdo de las películas que nos gustasen e ignorar las que no. Y, por supuesto, siempre podemos disfrutar de la banda sonora de Good Morning Vietnam, porque es soberbia y esto es algo inopinable.
The Castaways.. Liar Liar
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