Seguimos con nuestro repaso a los monstruos con peor fama menos merecida. Hoy le toca a uno que de verdad parece que le haya mirado un tuerto: El Monstruo de Frankenstein.
Y es que, fíjense: el pobre ni siquiera tiene nombre y lo llaman directamente monstruo ¿Y por qué? ¿Por estar hecho de cachos de cadáveres? ¿Por ser feo y repugnante? ¡Cuantos prejuicios veo por aquí, damas y caballeros! ¡Debería darles vergüenza!
Y la cosa no acaba en lo de "monstruo" ¡No! Encima le añaden "de Frankenstein" en alusión al negligente e inconsciente niño de papá que, demostrando un desprecio aborrecible hacia el orden natural de las cosas, le dio la vida para después abandonarlo como a un despojo. Ése, ése "moderno Prometeo" sí que es un monstruo, y no esta pobre criaturita que lo único que quería era el abrazo ocasional y la comprensión que su vil y egoísta creador le negó tan cruelmente.
Alice Cooper.. Feed My Frankenstein
Dicho esto, es cierto que la furia homicida que le posee regularmente es un rasgo verdaderamente censurable de su carácter, pero con unos meses de terapia el bueno de Frankie Jr. podría ser un miembro perfectamente funcional y productivo de la sociedad.
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