Estadio Olímpico de La Cartuja(Sevilla)
La entrada en el concierto fue complicada, la coincidencia en el tiempo con el desfile del orgullo gay hizo difícil encontrar un taxi, mi guía nativo no se fiaba de los autobuses y una organización nefasta en la entrada del estadio me hicieron temer un asalto de jevachos enfurecidos como el del Monsters of Rock de Zaragoza. Por suerte la cosa no fue a mayores.
Llegamos demasiado tarde para ver a los teloneros -ni siquiera sé quienes tocaron- pero justo a tiempo para poder hacernos con lo que nos pareció un buen sitio. No lo era, pero eso se solucionó con un poco de culebreo y, de todos modos, en un concierto de estas dimensiones es imposible conseguir un sitio realmente bueno sin tragarse un par de horas de cola, y aquí estamos hablando del mediodía sevillano, la hora en la que los lagartos sudan.
El concierto fue, evidentemente, tremendo, así que me dedicaré a poner a caer de un burro al público español. Ya saben que es algo que me encanta.
Empezaré por las mujeres. Durante el concierto, y en la más pura tradición australiana de querer zumbarse a todo lo que respire, las cámaras mostraron en las pantallas gigantes a las mozas que se alzaban sobre los hombros de sus acompañantes y a algunas de las más agraciadas de las primeras filas ¿Pueden creer que ni una sola enseñó las tetas y sólo tres se dignaron a dar la miserable limosna que es enseñar el sujetador? Es indignante ¿Qué clase de actitud de mierda tienen las mujeres en este país? Para escupir en la cara de la muy noble tradición de enseñar las tetas en un concierto mejor habría sido que se quedasen en casa escuchando a algún cantautor de esos que entienden que les de vergüenza menear sus gelatinas como deben.
AC/DC - Let There Be Rock
Otra cosa que resulta bochornosa es la absoluta ignorancia de la lengua inglesa por parte de gente que, a fin de cuentas, escucha una gran cantidad de música cantada en dicho idioma. No puede ser que, mientras Angus Young retuerce la pentatónica como si hubiese vendido su alma al diablo en un cruce de caminos, Brian Johnson diga que el chaval tiene al diablo en los dedos y el corazón lleno de blues y ni el tato sepa qué demonios ha dicho. Muy mal, fatal.
AC/DC - Hell's Bells
Mi tercera queja es respecto a la falta de espíritu que a veces muestra el público español incluso en eventos como este. Uno va a un concierto y ve poca palma, poco aullido y aun menos ganas a la hora de pedir bises; podríamos haber tenido dos y nos quedamos con uno por pasmados.
AC/DC - Back In Black
¡Que viva la Commonwealth Australiana! Ahora corran a emborracharse, no me defrauden.
4 comentarios:
Lo del tercer apunte es una cosa reciente, el publico apañoh se esta germanizando por momentos, y eso que antes se daban todos de hostias por venir a tocar aqui por lo caliente del publico.
Lo del ingles... que quiere que le diga, dejemoslo por imposible, mientras el resto del planeta ya lo chapurrea como minimo aki so0mos incapaces de responder a un sencillo "You wanna sommore?" con un puñetero "Yeah", que se le va a hacer.
solo un añadido y lo hare en palabras de mi bella acompañante: para bailar muñeiras y liarte porros mejor te quedas atras y no tocando los cojones en primera fila
Pues eso, a bailar
Pues en el de Mötley Crüe hace unos años en Mañoland hubo sobredosis de pechuga y desde diferentes ángulos
es que los Crue son capaces de pudrir la fruta con solo tocarla y por donde pasan ya no nace mas hierba que la que se fuma... esos destilan viciosismo!
Amén, si ahí no enseñan pechuga ya no la enseñan ni para amamantar a sus retoños.
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