Este pasado viernes (día 5) tuve el placer de asistir a una sesión en la sala Low a cargo de Peter Hook, bajista de New Order y Joy Division.
En un principio podría parecer que te estás perdiendo algo viendo -solo- pinchar discos a un tipo que reinventó el concepto de bajo en la música popular contemporánea, nada más lejos de la realidad, no olviden que New Order es uno de esos grupos de no-bakalao que han llegado a adquirir una maestría abrumadora en el terreno del bakalao.
Hook aprovechó para repasar los mayores éxitos de New Order desde sus hitos más recientes hasta re-re-revisiones de sus temas clásicos con el resultado lógico en una gente que mamaba esas canciones a la vez que hacía lo propio con la pechuga meterna: nos convertimos en una combinación de derviche y groupie histérica que coreaba los estribillos como si fuesen mantras de la internacional pastillista.
El momento verdaderamente arrobante de la sesión -al menos para mí- llegó cuando comenzó a sonar Transmission, uno de los mejores temas de Joy Division y un ejemplo claro de por qué Peter Hook es uno de los bajistas más influyentes de la historia de la música.
Para completar el repertorio de la noche Hook echó mano de algún irrepetible del bakalao de los noventa así como de algunos megahits de esta especie de nueva nueva ola que nos rodea y arrastra desde que llegó el predecible revival de los años ochenta.
En resumen, una sesión memorable de las que te dejan agotado y con la misma sensación que habrías tenido al ver al grupo en directo; qué diablos, incluso mejor.
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