miércoles, 3 de agosto de 2011

Scream for me, Getafe

Sonisphere. Día 2
Polígono industrial de Getafe (Madrid)

Hammerfall
Mastodon
Apocalyptica
Dream Theater
Iron Maiden
Twisted Sister
Uriah Heep
Lacuna Coil


Con un calor inhumano y el cansancio acumulado de dos días de parranda me resigné a no ver a Hammerfall, Apocalyptica ni a Mastodon -a los que, por cierto, les debe gustar tocar en desiertos a las cuatro de la tarde porque no fue esta la única ocasión- así que con dos horas de margen tomamos un taxi sin saber que no iba a ser el único en el que montaríamos ese día. No habíamos llegado a Atocha cuando fuimos embestidos por otro coche, lo que nos obligó a cambiar de taxi; el que el segundo taxista fuese incapaz de encontrar el polígono industrial de Getafe en el TomTom -aun no sé como si hasta aparece en el Google Maps- debería habernos bastado para buscar un tercer, pero supongo que no somos muy listos así que confiamos en el conductor... y casi acabamos en Toledo. Hartos de dar vueltas decidimos parar y continuamos el trayecto a pié a través de la autovía hasta que llegamos a una gasolinera y pudimos llamar a nuestro tercer taxi del día para que nos recogiese y llegar, por fin, al concierto. Lo bueno de toda esta aventura es que en la gasolinera pude enchufarme un Burn Shot que me dio un subidón de cafeína fino fino ¡Que viva la química!


El concierto de Iron Maiden empezó con problemas de sonido, no sé si fue la ecualización, el viento que se llevaba el sonido o una maldición vudú, pero el arranque del concierto no fue todo lo brutal que habría esperado. Por suerte la actuación no hizo más que mejorar minuto a minuto con todo lo que se espera de un concierto de Iron Maiden: Dickinson corriendo, brincando y aullando como un lobo marsupial, Janick Gers haciendo malabarismos con la guitarra, Eddies de todos los tamaños con el nuevo diseño de langosta de Alpha Centauri, banderas británicas con uniforme de casaca roja incluido y prácticamente todas las canciones imprescindibles del grupo. Basta decir que me pasé más de una semana con la garganta hecha cisco de tanto berrear -porque yo no canto, yo, por supuesto, berreo- para que se imaginen lo que supuso el concierto para mí.


Iron Maiden - Iron Maiden



Tras Iron Maiden llegó Twisted Sister. No se si les pasará lo mismo, pero Twisted Sister es el tipo de grupo en el que, por algún motivo, nunca tengo en cuenta; por suerte parece que todos los grupos de los 70-80 han decidido reunirse este año, lo que ofrece la posibilidad de enmendar el error. El concierto fue entretenido y tuvo un momento que osciló entre lo hilarante y lo entrañable cuando, conociendo a su público como si lo hubiese parido, Dee Snider cantó la conocidísima "We're not gonna take it" cambiando el estribillo por "Huevos con aceite, huevos con aceite... y jamón". Impagable.


Twisted Sister - I Wanna Rock



Cuando llegaron Uriah Heep ya nos encontrábamos en ese estado de agilipollamiento que surge cuando estás a última hora lejos de la melé del concierto; ya saben, tienes los meaderos y la barra cerca, no hay ningún energúmeno que te empuje ni te pise y el volumen de la música te permite tanto escucharla como comentarla, así que no me pidan que les dé muchos detalles pero sí puedo recomendarles que vayan a verlos si tienen la oportunidad. Como es lógico dada la quinta a la que pertenecen tienen un sonido muy setentero con órgano Hammond -o al menos sonaba como tal- incluido que siempre se disfruta.


Uriah Heep - Wizard



Los conciertos terminaron con Lacuna Coil que, aunque no son santo de mi devoción, tengo que admitir que son muy buenos en lo suyo. De todos modos no les presté mucha atención porque a esas alturas estaba buscando algo de comer -me acabé zampando un plato de cous cous, lo que demuestra lo mucho que han evolucionado los festivales metaleros en estos últimos años-, aunque sí debo decir algo en su contra, y es que su versión de "Enjoy The Silence" es una pifia. Vale, ya sé que cuando se habla de Depeche Mode soy muy intransigente pero oigan, yo también tengo derecho a mis momentos de talibanismo, qué demonios.


Lacuna Coil - I Like It



A pesar de que la acumulación de polvo tóxico en el pelo nos hacía parecer una panda de octogenarios algunos nos resistimos a retirarnos y fuimos a la carpa a terminar la noche. No fue la mejor opción posible, el pinchadiscos de turno tenía esa molesta manía de bajar el volumen durante el estribillo de todas las canciones para que el público cantase a gusto -lo que no se puede hacer sin música, digo yo- y hubo un momento realmente surreal en el que pidió a las jevachas que se fueran a las tiendas de campaña para irle calentando el saco de dormir a los jevachos; silencio en la carpa y todos los presentes mirándonos los unos a los otros con cara de circunstancia mientras nos preguntábamos si de repente nos habíamos vuelto al siglo quinto.


Para volver a la estación de cercanías de Getafe tuvimos que recurrir a otros dos taxis -porque el primero simplemente se negó a llevarnos, los pesetos son un gremio encantador- y todavía tuve cuerpo para coger otro más al llegar a Madrid e irme de after. Supongo que el metal me devuelve a la adolescencia porque todavía tuve cuerpo para quedar al día siguiente y hacer una excursión por Vallecas, aunque tengo que admitir que cuando volví a Salamanca me pasé un día entero en estado comatoso; soy un tipo duro, pero sin mozas vestidas de cuero negro cerca me ablando.


Y esto ha sido todo. Ahora pongan a su grupo jevacho a todo meter y destrocen un poco su casa, que la vida es muy corta para desperdiciarla comportándose civilizadamente.


Bonus Track:
Huevos con aceite y jamón

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